Si alguien le hubiera dicho a la Carla de hace 5 años que hoy estaría viviendo mientras viaja ganando de sus negocios, no lo creería. Cuando empecé a emprender, tuve infinidad de emprendimientos fallidos y si algo me quedó claro es que todos me enseñaron algo.
Desde que empecé a crear contenido en Tiktok e instagram, he recibido un montón de mensajes de personas diciendo que quieren empezar a emprender, pero les da miedo. ¿Cómo le hiciste? ¡Siento que todo lo que intento me falla!
Debo admitir que a veces me causa un poco de gracia, porque ahora ven el resultado de años de dedicación y muchos emprendimientos fallidos. Pero no siempre fue así, para nada jajaja.
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¿Cómo pasé de emprendimientos fallidos a negocios exitosos?
Me encantaría decirte que fue un proceso sencillo, casi natural. Pero esto no podría ser más alejado de la realidad jajaja fue un proceso de muchas dudas, incertidumbre y miedos. Sin embargo, no cambiaría nada.
Quienes me conocen saben que desde que soy pequeña he tenido un espíritu «emprendedor», vendí todo lo que te puedas imaginar. Cuando estaba en el colegio vendí tortas (pasteles), nestea, collares, termos, etc. ¡DE TODO!
Y realmente nunca lo hice de manera exitosa, era impresionante que por más que generara dinero jamás me alcanzaba. Por muchos años me tomé un descanso, me dediqué a vivir mi adolescencia rumbera y luego a la universidad.
Algo cambió cuando me mudé a México
Me decido mudar a México en Diciembre de 2014, mi papá tuvo una oportunidad laboral en Cancún y nos fuimos todos como familia. Ahí todo empezó a cambiar, empecé a necesitar más dinero.
Aunque muchos creen que vengo de una familia millonaria y que gracias a eso he tenido éxito en mi vida, la historia no es completamente así. Cuando me mudé a México empecé a emprender por necesidad, quería un dinero extra para mí misma. Mi papá me pagaba todo pero no había para la «mesada».
Hice de toooooodo… cuidé perros, me convertí en blogger y trabajé con marcas (inicios del mundo influencer), fui Community Manager, entre mil cosas más.
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Mis emprendimientos fallidos (con fechas)
- Distajob (2018):
Distajob era una plataforma de empleos a distancia que falló porque en ese momento (2016) todo el mundo iba a la oficina. ¿Trabajar desde casa? ¡Por favor! Ironías de la vida.
Honestamente, tocamos 3 puertas y nos rendimos, éramos muy jóvenes y nuestra prioridad era el dinero. No lo íbamos a conseguir tan rápido.
- Tesista (2016-2019)
Realmente tesista no fue un proyecto mío, fue un proyecto de mi hermano en el que prácticamente fui empleada jajaja.
Imprimíamos tesis a domicilio, hacíamos publicidad en todos lados, mandamos notas de prensa y luego de un tiempo nos fue bastante bien, la verdad. Estuvimos casi 3 años en el mercado, hasta que mi hermano decidió venderle la empresa a un compañero que se graduó conmigo en la Universidad.
Vendimos incontables tesis, imprimimos MILLONES de hojas y nos desvelamos dando atención a clientes a estudiantes estresados. ¡Pero fue increíble! Fue el proyecto con el que mas aprendí cosas y el que mas me enseñó sobre comercio electrónico.
- Cutebox (2017-2018)
Cutebox fue mi bebé, era una caja de suscripción de maquillaje que me enseñó una cantidad impresionante de cosas sobre la vida y las ventas.
Este proyecto tuvo una historia muy especial y fue la que dio pie a que empezara a hacer todo lo que hago hoy en día. Lo empecé yo sola, aprendiendo a hacer páginas web en Youtube y utilizando mockups de PhotoShop.
Todo empezó porque mi hermano tenía su proyecto (Tesista) y yo me quería sentir empresaria también, además necesitaba el dinero. Quise empezar mi propio asunto, yo no tenía dinero para invertir por lo que busqué la manera que mis propios clientes financiaran el proyecto.
Cuando decido empezar, compré el dominio e hice la página web yo solita. Las imágenes de referencia al producto que utilizaba eran mockups y todo el contenido lo usé para redes sociales. Le invertí tiempo, y mucho.
Lancé la página web, hice una preventa de mes y medio entregando flyers en toda la Ciudad de México (literal me iba a la Semana del Emprendedor, al Zócalo, Monumento a la revolución, etc. a entregarlos). Después de un mes y medio logré conseguir 40 clientes, con lo que ellos pagaron logré comprar el producto que iba a ir en la caja y financiar el proyecto.
En otras ediciones logré contactar marcas y que ellos me regalaran parte de los productos, al final las cajas de suscripción eran realmente una forma de hacerles publicidad.
Una cosa llevó a la otra, luego empezamos a comprar maquillaje y venderlo de manera individual. Con este nuevo modelo la ganancia subió bastante y decidimos meternos más a fondo, nos fuimos con distribuidores oficiales.
Empezamos a comprar mayoreo de verdad, Diego empezó a trabajar conmigo e invirtió parte del dinero de la venta de tesista en cajas y cajas de maquillaje.
Entramos a ClaroShop como primer MarketPlace, luego a Amazon y fuimos creciendo poco a poco. Pasó algo similar a lo que pasó con Tortuga, entró mucha competencia que prácticamente nos estaba comiendo (mucha piratería también, cof cof) y luego decidimos salirnos.
- Tortuga (2019):
Tortuga era una marca de productos ecológicos, vendíamos diferentes tipos de productos como: cubiertos de bambú, cepillos de bambú, hojas de carpeta recicladas, carpetas recicladas, etc.
Este proyecto fue una mezcla de éxito y fracaso, porque realmente que mientras duró nos había ido muy bien. Aprendimos a tocar más puertas, incluso llegamos a estar en Amazon y en tiendas físicas como Healthy Boutique.
Estuvimos trabajando bastante en él, vendí innumerable cantidad de hojas de carpeta recicladas o cepillos de dientes en grupos de Facebook y después de un tiempo nos encontramos el gran reto de todo mercado creciente. El mercado se saturó.
Entraron cientos de tiendas veganas, ecológicas y minimalistas que ofrecieron los mismos productos. Al final (para ese momento) el nicho era muy muy pequeño, éramos 50 marcas intentándole vender a 100 personas. Luego de meses de números rojos, nos rendimos.
No fueron los únicos…
Además de esto, se nos ocurrieron muchos proyectos más. Intentamos hacer una caja de útiles escolares llamado «Utilia», algo similar a esto pero que se adaptara a tu año / colegio. Fue un mega fracaso, los propios colegios vendían sus útiles así que no era negocio que los alumnos los compraran en otro lugar.
También pensamos en Estulista, una plataforma de descuentos para estudiantes. Una especie de cuponerapp pero para estudiantes. También otro fail.
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Por más emprendimientos fallidos que tuve, no me rendí
¡Y no saben cuantas veces quise hacerlo! Llegó un momento en el que me sentí haciendo el ridículo, me daba pena contarle a mis amigos sobre «mi nuevo proyecto». Las caras eran literal: «aquí vamos otra vez«.
Pero me di cuenta que mi motivación iba mucho más allá del dinero y del reconocimiento, yo quería construir algo exitoso. Personalmente siento que ya tengo mucho éxito y realmente quiero ver a dónde más puedo llegar.
¿Sentí miedo? Pero miedo es poco.
La incertidumbre era una completa porquería, sin embargo, la incertidumbre también me ayudó mucho a enfocarme en como si. Quería lograrlo y lo iba a hacer.
Una vida emprendedora sin miedo no existe, así como tampoco existe una vida emprendedora sin esfuerzo. Con todo que me falta un tramo gigantezco por recorrer, me siento tranquila porque sé que a donde he llegado lo he hecho quemándome las pestañas.
Todo sirvió para algo
Los fracasos me enseñaron cientos de cosas y te aseguro que valieron la pena, cinco años después de mi primer emprendimiento hoy puedo decir que no cambiaría nada.
Gracias a ellos, hoy puedo vivir la vida de mis sueños siendo Nómada Digital mientras trabajo remoto. Gracias a haber aprendido a hacer páginas web con Cutebox, a acercarme a marcas con Tortuga o manejar clientes con Tesista hoy estoy aquí.
Puedo dedicar mi tiempo a lo que realmente me gusta, encontré mi pasión y hago algo que realmente me hace sentir llena. Siempre he dicho que los emprendimientos son como las citas, ¿cómo vas a saber que no sirvió si no decidiste arriesgaste?
No le tengas miedo a los emprendimientos fallidos
Al contrario, tenle «miedo» a un emprendimiento que vaya como viento en popa desde el día uno. No necesariamente porque vaya a fallar, sino porque quizás no sabrás reaccionar al momento de un problema.
Que tu emprendimiento haya fallado no significa que tu hayas fallado, significa que el proyecto falló. Esto es importantísimo de entender y aceptar, porque muchas veces nos da miedo que nuestro proyecto falle por miedo a fallar nosotros.
Un emprendimiento fallido te va a enseñar a manejar emociones, también te hará conocer más sobre tus intenciones detrás de lo que estás haciendo. Además, dependiendo de la razón por la que falle, te enseñará cosas como finanzas, manejo de redes, resolución de problemas, etc.
De corazón, no le tengas miedo a que tu emprendimiento falle. Si te da miedo; hazlo con miedo, pero no lo dejes de hacer.
Eres perfectamente capaz de vivir la vida de tus sueños ¡No te sabotees!
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5 respuestas
Querida Carla. Solo quiero decirte que estoy en un punto de mi vida en donde amaba mi emprendimiento de un año, ahora quiero hacer otras cosas y vender agendas y cosas «cutes» raras. la verdad no se si me vaya bien, pero no quiero dejar de intentarlo. QUIERO SER COMO TU, tengo 29 años. te deseo todo lo mejor y gracias por enseñarnos desde el amor y la sinceridad.
A veces uno se rinde desde antes de empezar, creyendo que ya es muy tarde. Esto es inspirador! Gracias por compartir.
Hola! Eso pasa con mucha frecuencia, y es normal sentirnos desmotivados, pero en mi caso, pudieron más las ganas de encontrar algo que realmente funcionara y me gustara 🥰